Asturias es tierra de sidra. Suele decirse que puedes conocer la tierrina de “culín en culín” sin perder el horizonte. La sidra ya era una bebida muy conocida en toda la península Ibérica. De hecho, existen documentos de los siglos VIII y IX que avalan esta afirmación. Refrescante, diurética, ligeramente embriagadora, social y colectiva. Así es la sidra asturiana. Un elixir que seguro te abrirá el apetito.
La sidra, símbolo de identidad de los asturianos
El zumo fermentado de los mejores manzanos es el resultado de un proceso artesanal que ha ido pasando de generación en generación. Tal es así, que esta bebida regional ha sido propuesta para ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Aunque la sidra no es exclusiva del Principado, sí que podemos decir que lo es su escanciado. Esta técnica a brazo alzado sirve para activar y potenciar todas las propiedades del conocido como “culín o culete”. De hecho, una de las cosas que más admiran los turistas es dejarse deleitar por el espectáculo de ver caer el chorro de sidra que finalmente termina rompiendo en el borde del vaso.
Algunos historiadores aseguran que la sidra ya era conocida por los hebreos, los egipcios y los griegos. Sin embargo, no existen documentos que certifiquen con seguridad este dato. Es en el siglo VIII cuando aparecen los primeros documentos oficiales del antiguo Reino de Asturias donde se hace referencia al cultivo de manzanas en los pomares.
En la actualidad, la sidra asturiana no solo se considera una bebida regional, sino también parte imprescindible de la cultura y folklore asturianos. Beber sidra es todo un acto social. Las “espichas” son las reuniones asturianas más comunes donde la sidra es la gran protagonista. Directamente de la barrica o escanciada de la botella al vaso, esta tradición milenaria sigue viva hoy día a pesar de la aparición del escanciador eléctrico.
Si estás por la zona y quieres probar el sabor único de esta bebida, no puedes dejar de pasarte por las mejores sidrerías de Ribadesella. Rincones únicos en los que podrás saborear la gastronomía tradicional asturiana acompañada de la magia y sutil embriaguez de la sidra.
Sidrerías recomendadas en Ribadesella
Sidrería el Tarteru
Si eres de buen “yantar” tienes una visita obligada a la sidrería el Tarteru. Aquí la comida es abundante a la par que deliciosa. Ubicada en la Calle Marqueses de Argüelles 5, con terraza y buen servicio.
Sidrería La Guía
A los amantes de la comida casera y la buena gastronomía os recomendamos la sidrería La Guía. Cachopo, fabada, navajas, pastel de cabracho… Todo ello, regado con la mejor sidra de la región. Ubicada en la Calle Palacio Valdés, 5.
Sidrería Carroceu
Al lado del muelle y con vistas a la playa está la sidrería Carroceu. Un lugar donde poder degustar la típica sidra asturiana acompañada de platos y raciones propias de la gastronomía de la región. Ubicada en la Calle Marqueses de Argüelles, 23.
Sidrería Rompeolas
En pleno centro de Ribadesella encontrarás esta sidrería con excelente calidad-precio y un comedor interior con techos de cristal y mucho encanto. Aquí su especialidad son las carnes a la parrilla. Una muestra de la cocina asturiana con un toque diferente que siempre se agradece. Ubicada en la Calle Manuel Fernández Juncos, 11.
Sidrería El Puerto
Desde el año 2016, esta sidrería disfruta de un local totalmente renovado. En “El Puerto” son especialistas en pescados y mariscos del día, recién traídos de la lonja de Ribadesella. Nada como acompañar una buena mariscada con la mejor sidra del Principado de Asturias. Ubicada en la Calle Marqueses de Argüelles, 31.
Sidrería La Portiella
Esta sidrería cuenta con una ubicación rural muy especial, el pueblo de Tereñes. La Portiella se encuentra en la parte occidental a 3 km del centro de Ribadesella. En plena ruta de los dinosaurios y rodeada de un paisaje único con vistas al mar Cantábrico y a la Sierra del Sueve. Su merendero y mirador al aire libre convierten a este lugar en el sitio perfecto para degustar sus tapas variadas y paellas por encargo. Todo ello, siempre acompañado de la mejor sidra asturiana.
Y para bajar la “fartura” nada como un buen paseo por la zona. Déjate caer por el pueblo de Cuevas del Agua y descubre un entorno mágico que no podrás olvidar.
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