La Ermita de la Virgen de la Guía en Ribadesella es un precioso lugar de culto que no deberías perderte en tu visita a Asturias. Esta ermita se encuentra ubicada en lo alto de un imponente acantilado con vistas al mar Cantábrico. No es de extrañar entonces que esta bonita ermita sea también un lugar emblemático para los amantes de la fotografía. ¿Te animas a conocerla con nosotros?
Belleza, historia y devoción
Como bien es sabido, la costa norte de España es un rincón que rebosa de belleza y cultura. Entre sus tesoros se encuentra la Ermita de la Virgen de la Guía, un pequeño santuario que encierra grandes encantos. Nada más llegar lo que nos sorprende es su impresionante emplazamiento. La Ermita de Guía se encuentra enclavada en un rincón escarpado de la costa asturiana, rodeada por un paisaje natural que quita el aliento. El Cantábrico besa sus pies, mientras que los acantilados vertiginosos y el verdor de los prados asturianos la abrazan con cariño. La primera impresión al llegar a este lugar es la de encontrarnos ante una postal viva, una obra maestra de la naturaleza que ha sido ensalzada aún más por la mano del hombre.
La ermita en sí misma también es una maravilla arquitectónica. De pequeñas dimensiones, su fachada de piedra se levanta con modestia y elegancia. Los muros desgastados por el tiempo parecen contar historias centenarias al viento que acaricia sus paredes. El tejado a dos aguas resalta su estilo rural, una característica distintiva de la arquitectura asturiana.
Historia de la Ermita de Guía
La historia de la Ermita de Guía se entrelaza con la devoción religiosa de Ribadesella. La ermita toma su nombre de Nuestra Señora de Guía, patrona de los marineros. Esto la ha convertido durante siglos en faro espiritual y protector para los habitantes de esta villa costera.
La leyenda cuenta que la imagen de la Virgen de Guía fue encontrada en el mar por unos pescadores en el siglo XV. La aparición milagrosa de la estatua les condujo a la construcción de la ermita en su honor. Desde entonces, ha sido un punto de encuentro para las festividades religiosas y una fuente de inspiración para los artistas locales.
La ermita también ha sido testigo silente de la historia. Durante la Guerra Civil Española, sufrió daños, pero gracias a la dedicación de la comunidad local, fue restaurada y conservada como un símbolo de esperanza y resiliencia.
Estilo arquitectónico único
El estilo arquitectónico de la Ermita de Guía es una mezcla encantadora de elementos rurales asturianos con detalles góticos. La fachada de piedra toma su inspiración de las construcciones tradicionales de la región, con sus gruesos muros y ventanas pequeñas que dejan pasar la luz en su justa medida.
La fachada principal presenta una puerta de arco de medio punto con detalles marítimos tallados en piedra. El interior de la ermita es igualmente impresionante. Su única nave se abre a un espacio sagrado, adornado con retablos dorados y adornos góticos en su altar mayor. La sencillez de la ermita en su exterior contrasta con la riqueza espiritual y artística de su interior. Una pequeña ventana de forma circular, conocida como «ventana de la esperanza», enmarca una vista mágica del océano y la costa asturiana.
Uno de los elementos más emblemáticos de la ermita es su campanario, que se alza en una estructura independiente. Desde lo alto de este campanario, se pueden contemplar vistas panorámicas de la costa, ofreciendo a los visitantes un escenario mágico para la contemplación y la reflexión. En definitiva, la torre campanario es una obra de arte en sí misma, coronada por una veleta en forma de barco que gira con la brisa del mar.
Un gesto muy común es ver a los pescadores y marineros colocando velas y ofrendas como símbolo de gratitud y protección antes de zarpar. No obstante, la ermita cobra vida durante las fiestas locales, como la Romería de la Virgen de Guía, cuando la comunidad se reúne para celebrar su herencia marítima.
Curiosidades y leyendas
La Ermita de Guía, en Ribadesella, es un lugar lleno de misterio y curiosidades que atraen a visitantes de todas partes. Su historia y leyendas han tejido un halo de magia en torno a ella que la convierten en un sitio especial y único.
Una de las historias cuenta que, en los días de tormenta, los marineros solían escuchar campanadas provenientes del campanario de la ermita, a pesar de que nadie estaba allí para tocarlas. Se decía que era la Virgen de Guía protegiendo a los navegantes. Otra leyenda cuenta que la estatua de la Virgen, en momentos de peligro en el mar, se iluminaba y guiaba a los barcos hacia la seguridad del puerto.
Asimismo, otro de los mitos que rodea a la ermita es la del «Camín de los Muertos». Se dice que en tiempos pasados, los difuntos eran transportados desde Ribadesella hasta la Ermita de Guía en una procesión fúnebre que recorría un camino conocido como el Camino de los Muertos. Se creía que este camino conducía a los espíritus de los fallecidos hacia la ermita, donde encontrarían la paz eterna. Hoy en día, este sendero es una popular ruta de senderismo que atrae a excursionistas en busca de aventuras al aire libre.
En las noches despejadas, los lugareños cuentan que se pueden ver luces parpadeantes en los alrededores de la ermita. Se dice que son las almas de los pescadores fallecidos que regresan para velar por la seguridad de sus compañeros. Estas luces, conocidas como «luzinos,» añaden un elemento aún más misterioso al entorno de la Ermita de Guía.
La ermita también es conocida por su famosa «fuente milagrosa». Se cree que el agua de esta fuente tiene propiedades curativas y sobrenaturales. Los lugareños y visitantes han bebido de sus aguas durante muchos años, buscando alivio para diversas dolencias. Muchos aseguran haber experimentado mejorías después de beber de esta fuente, lo que ha contribuido a su reputación como un lugar sagrado y místico. No te olvides de pedir tu deseo cuando te inclines a beber agua de ella.
Por último, la construcción de la Ermita de Guía en sí misma es un misterio arquitectónico. A pesar de su pequeño tamaño, su ubicación en lo alto de un peñasco rocoso presenta desafíos considerables. Se desconoce cómo los arquitectos de la época lograron alzarla en un lugar de tan difícil acceso. Algunos creen que se utilizaron técnicas de construcción secretas transmitidas de generación en generación.
Visitar la Ermita de la Virgen de la Guía
La Ermita de Guía es un destino imprescindible para aquellos que viajan a conocer la costa asturiana. Su belleza, historia y misterio la convierten en un lugar único. Para visitar la ermita, se puede llegar fácilmente en coche desde Ribadesella y caminar por un sendero que ofrece vistas espectaculares del mar y los acantilados. La subida es algo dura, pero corta, así que merece la pena el esfuerzo. Una vez arriba, disfrutarás de unas vistas que capturan la esencia misma de la belleza asturiana.
Al entrar en la ermita, sentirás una sensación de serenidad y calma de lo más especiales. Una vez en su interior, dedica unos minutos para estar en silencio y reflexionar. Seguro que muchas dudas y problemas obtendrán una solución. Y es que ya sea por razones religiosas o simplemente para disfrutar de su belleza arquitectónica, la Ermita de Guía es un lugar que deja una huella imborrable en el corazón de quienes la visitan.
La Ermita en la actualidad
Hoy en día, la Ermita de Guía sigue siendo un lugar de culto y un punto de referencia para los habitantes de Ribadesella. La comunidad local celebra con fervor las festividades en honor a la Virgen de Guía, donde la ermita cobra vida con procesiones y cantos tradicionales.
Además de su importancia religiosa, la ermita también atrae a visitantes de todas partes del mundo debido a su belleza y su ubicación. La zona circundante es perfecta para realizar caminatas y disfrutar de la naturaleza, mientras que la ermita en sí misma ofrece un remanso de paz y serenidad. La Ermita de Guía también es un lugar popular para bodas y eventos especiales. No hay escenario más romántico que el que ofrece esta joya arquitectónica para un enlace nupcial.
¿Quieres completar tu visita a Ribadesella? No olvides pasar por Cuevas del Agua. Un precioso pueblo que parece sacado de un cuento de hadas, desde el que podrás emprender la famosa ruta de los Molinos.
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