España sigue siendo uno de los países de todo el mundo en los que es rentable invertir en vivienda. No obstante, antes de alquilar tu propiedad es importante que tengas en cuenta uno de los aspectos más importantes para que esta transacción sea segura y beneficiosa. Estamos hablando del contrato de alquiler vacacional. Un documento cuyas condiciones varían en función de cada propiedad, pero que es imprescindible conocer. A continuación, te mostramos todo lo que tienes que saber acerca del contrato de alquiler vacacional.
Qué es un contrato de alquiler vacacional
Un contrato de arrendamiento de vivienda para uso turístico o vacacional es un documento en el que se refleja el acuerdo entre propietario y arrendatario. En él se especifica que el arrendador cede o pone a disposición el uso y disfrute de dicho bien inmueble al huésped que lo ocupará durante su periodo vacacional, de ocio, turismo o similares. Pero antes de seguir, es necesario realizar una aclaración en cuanto a alquiler de temporada y alquiler vacacional se refiere.
Alquiler de temporada vs Alquiler vacacional
El arrendamiento de temporada es conocido también como alquiler de larga estancia, por lo que su duración va desde los 32 días hasta los 11 meses. Por el contrario, el alquiler vacacional abarca toda estancia que no supere los 31 días. Por otro lado, el arrendamiento de temporada está regulado en la Ley de Arrendamientos Urbanos, mentiras que el alquiler vacacional está sometido al cumplimiento de la normativa reguladora de la actividad turística.
En el arrendamiento de temporada el propietario cede el uso de su propiedad para cubrir de manera eventual una necesidad de vivienda. Por ejemplo, personas que por motivos de trabajo tengan que vivir fuera de su ciudad durante un tiempo determinado. En el alquiler vacacional el arrendador cede su vivienda equipada y amueblada de manera inmediata y para una finalidad lucrativa.
Tipos de contrato de alquiler vacacional
Ahora que ya conocemos el significado de ambos términos podemos adentrarnos un poco más en aquel que realmente nos interesa. El arrendamiento vacacional, es decir, el alquiler de una propiedad para el disfrute que no supere la duración de 31 días, posee dos tipos de contrato:
- Contrato de alquiler de vivienda: cuando se alquila la vivienda en su totalidad o de manera permanente o habitual.
- Contrato de alquiler por habitación: para aquellos casos en los que se hace uso de una de las habitaciones por temporada vacacional, de manera permanente o por otra clase de duración.
En cualquier caso, es importante contar con un contrato de alquiler para establecer las condiciones legales y regulaciones del mismo. Este acuerdo por escrito nos garantiza que ante cualquier imprevisto, tanto arrendador como arrendatario, estarán cubiertos, siempre y cuando así lo refleje dicho contrato. Un contrato de alquiler vacacional bien redactado certifica que los derechos y obligaciones de ambas partes están claramente definidas, lo que facilita mucho las cosas en caso de conflicto.
Qué debe incluir un contrato de alquiler vacacional
La normativa de los alquileres vacacionales es algo complicada, ya que la potestad legislativa recae sobre las Comunidades Autónomas. Esto significa que hay lugares en los que este contrato es obligatorio y otros en los que no. De hecho, en la actualidad, esta obligatoriedad sólo se mantiene, expresamente, en la Comunidad Autónoma de Andalucía. Sin embargo, es de vital importancia disponer de un contrato de alquiler vacacional, a fin de evitar problemas mayores. Este documento debe incluir:
- Información de la vivienda y del estado en el que se encuentra.
- Datos personales tanto del arrendador como del arrendatario.
- Duración del contrato, especificando el día y la hora, tanto del inicio como del final del mismo.
- Detalles sobre el precio, la forma de pago, fianza, reserva y demás cláusulas que se consideren necesarias.
- Derechos y obligaciones de ambas partes en cuanto al cuidado, mantenimiento y seguridad de la propiedad.
Como puedes ver disponer de un contrato de alquiler vacacional, aunque tu vivienda no esté ubicada en una zona en la que se obligue su uso, supone la garantía legal para la protección y seguridad de tu inmueble. Para que este documento disponga de validez debe estar firmado por ambas partes, tanto en la sección final del contrato como en el margen izquierdo de todas las páginas que lo componen.
Qué cláusulas puedo añadir en mi contrato de alquiler vacacional
A parte de la información obligatoria que debe contener tu contrato de arrendamiento vacacional, y que ya hemos comentado en el apartado anterior, también puedes añadir otras cláusulas que también son recomendables:
- Cuáles son los gastos que se incluyen en el precio del alquiler.
- Número máximo de personas permitidas dentro del inmueble.
- Permiso expreso para introducir mascotas en el alojamiento.
- Situaciones que supondrían la anulación del contrato.
- Restricciones de uso de la propiedad.
- Responsabilidad por daños.
Riesgos de alquilar un alojamiento vacacional sin contrato
Alquilar una vivienda o apartamento que no cumple con la normativa turística puede suponer importantes problemas para ambas partes. Por ejemplo, es posible que hayas visto unas fotos preciosas por Internet y que cuando llegues a tus vacaciones soñadas, nada tenga que ver con lo que has pagado. En el caso contrario, puede que tras la estancia de los inquilinos, tu casa o apartamento se encuentre en un estado que necesite algún tipo de arreglo. Todas estas situaciones sin un contrato de por medio, no tienen respaldo legal alguno.
Asimismo, cualquier propietario que alquile un alojamiento de forma irregular y sin declarar los ingresos que perciba por ello, estará incurriendo en infracciones graves que pueden acarrear multas que van de los 3.000 € a los 600.000 € de multa.
En resumidas cuentas, redactar un contrato de alquiler vacacional es sencillo y su uso puede evitar males mayores que lamentar.
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